ZX Spectrum

Sinclair ZX Spectrum
Sinclair ZX Spectrum 48K

Características

  • Fabricante: Sinclair Research Ltd.
  • Procesador: Z80 @ 3.5 MHz
  • Formato: Principalmente casette
  • Puertos: vía expansiones
  • Librería de juegos: más de 24.000 aplicaciones, muchas de las cuáles son juegos. Brutal.
  • Precio Original: 125 libras para la versión 16K, 175 libras para la más extendida 48K.
  • Ventas: 5 millones entre todas las variantes del Spectrum.

Historia

Después de su modesto éxito con el ZX80 y su ya gran éxito con el ZX81, Clive Sinclair saltó a la fama absoluta – y merecida – con el ZX Spectrum. Este increíblemente pequeño ordenador a pesar de su potencial le sirvió para amasar una fortuna y el título de “Sir”, concedido en 1983 por Margaret Thatcher por su aportación a la industria británica.

Ni el gigante Commodore con su Commodore 64 consiguió desbancar al ZX Spectrum del número uno en el Reino Unido. Sinclair vendió millones de unidades, convirtiendo al ZX Spectrum en el ordenador de más éxito en el Reino Unido y uno de los más exitosos en el resto de Europa, dónde sería líder durante mucho tiempo hasta que el Commodore 64 lo desbancó durante la segunda mitad de la década de los 80.

Mediante el ZX81 mucha gente entró en contacto con el mundo de la informática de consumo, pero el ZX Spectrum fue un paso más allá, convirtiendo ese contacto en un hábito quizás por primera vez en la historia para cientos de miles de personas. Y, además, lo hizo de una forma que incluso permitió a los propios aficionados conquistar el mundo de los ordenadores.

Apodado cariñosamente como ‘Speecy’, mucha gente todavía recuerda las horas, días, semanas o meses que consumieron de su infancia en su Spectrum. Tal es la nostalgia, que la cantidad de emuladores y recursos que se encuentran en la red para esta máquina no tienen igual entre sus contemporáneos (siempre salvo, quizás, el Commodore 64).

Sinclair anunció por primera vez el ZX Spectrum en abril de 1982, con dos versiones; una de 16K y otra de 48K de memoria RAM. De la misma forma que con el ZX80 y el ZX81, originalmente el ZX Spectrum sólo podía ser pedido vía correo. Inicialmente, la expectativa y la demanda fue tal que la producción era insuficiente, con lo que Sinclair recibía incluso más quejas que pedidos (hasta llegó a ser amonestado por el Gobierno). Clive Sinclair se vio obligado a disculparse públicamente – todo muy británico – en una carta a sus clientes.

Como no podía ser de otra forma, la producción se recuperó y las ventas le siguieron, en parte también por la decisión que cambiaría la historia de Sinclair, empezar a vender ordenadores a través de las tiendas de electrónica. En menos de un año y medio ya se habían vendido más de un millón de ZX Spectrum.

Al fin y al cabo, el ZX Spectrum fue desarrollado para luchar contra la competencia del ZX81, que habían empezado a ser más potentes e incluso con color, pero con la misma filosofía de mantener los costes bajos. De hecho, Sinclair quería ganar la competición a Acorn para ser el proveedor de la BBC, pero lamentablemente perdió y Acorn fabricaría los ordenadores de la corporación británica.

Aún con los costes en mente, las mejoras fueron notables. Primero, estéticamente tiene un aspecto increíble, especialmente al lado de sus predecesores, que se acercan más a las calculadoras que a los ordenadores. El diseño es, de hecho, icónico. Su resolución era de 256 x 192 píxels y, pocos meses después de su puesta a la venta, prácticamente se vendían únicamente ordenadores de 48K de RAM. Y, aunque limitadas, sus capacidades de sonido eran una mejora notable respecto al silencio de sus predecesores. ¿El precio? No se podía competir contra esto: 125 libras para el 16K y 175 libras para el 48K; trasladado al precio de hoy en día, todavía nos parecería barato.

Sus críticos básicamente atacaron a dos puntos: el primero, su teclado, de goma, que mejoraba el de los anteriores pero seguía teniendo un tacto peor que los de sus competidores. El segundo, su “colour-clash”. El ZX Spectrum podía producir color, pero en cada cuadro de 8×8 píxels sólo se podían combinar dos. Así que las combinaciones de colores eran más bien extrañas.

La popularidad del Spectrum también se vio condicionada por la gran cantidad de software que fue escrito para él. Probablemente esto fue causa de la facilidad de programar para él con pocos medios. También por sus extensiones, como la Interface 1 y la 2, que le daban posibilidad de conectarlo al Microdrive – una especie de cartuchos de memoria – o de usar Joysticks.

El modelo más popular de la historia de Sinclair fue fabricado hasta 1984, pero realmente fue el primero de una larga saga que llenaría las casas de los 80 de ordenadores personales.

El característico casi arcoiris de Spectrum.

Innovaciones / Curiosidades

  • El Spectrum no tiene unidad de cassette incorporada al contrario de lo que harían otros modelos más tarde. Está pensado para poder ser usado con cualquier reproductor.
  • Me atrevería a decir que es el ordenador o consola que generó mayor número de publicaciones y revistas a su entorno. La lista de nombres en el Reino Unido (y en Rusia) es impresionante.
  • El 23 de abril de 2012, por su 30 aniversario, Google le dedicó su Doodle. Como coincide con St. Jordi, el logo era el caballero y el dragón en versión Spectrum.
    Doodle de Google dedicado al ZX Spectrum

  • Otra lista impresionante es la de desarrolladores que dieron sus primeros pasos con el ZX Spectrum. Tim y Chris Stamper, que más tarde fundarían Rare, Julian Gollop (X-COM), Matthew Smith (que en dos juegos se convertiría en un mito), Jon Ritman (Head Over Heels) y los Oliver Twins (Dizzy) son sólo algunos de los ejemplos.
  • El Spectrum representa, mejor que nada o nadie, el movimiento británico de los 80, tanto por el surrealismo de algunos de sus títulos como por su inherente humor, heredado de la influencia de grandes iconos, como los Monty Python.

En funcionamiento

Aunque a algunos ya les dimos un repaso en el artículo del ZX Spectrum +2, vamos a intentar resaltar los más clave y a introducir algunos títulos adicionales.

  • Chuckie Egg: a parte de un gran juego al estilo Donkey Kong – salvando las distancias – me gusta usar este juego para ilustrar lo que contaba en la historia. Originalmente 100% para Spectrum, el juego estaba a medio completar cuando Nigel Alderton (con 16 años y tres meses) trajo su código a A’n’F Software con esperanzas de fama y fortuna. Algo de fama consiguió, pero lo de fortuna era más complicado a los precios que se vendía el software.
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  • Manic Miner: escrito por Matthew Smith, e inspirado en Miner 2049er de Atari, se le considera la piedra angular en el establecimiento de los juegos de plataformas que serían tan populares a partir de mediados de los 80. Su dificultad es elevadísima.
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  • Knight Lore: un título revolucionario, padre de las aventuras en perspectiva isométrica que se convirtieron en algo habitual en los ordenadores de 8 bits. Fue tan copiado, que se le considera la segunda pieza de software más copiada/clonada de la historia, después de WordStar – uno de los primeros procesadores de texto de la historia.
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  • Jetpac: programado por los que más tarde llegarían a formar Rare, se trata de ayudar a nuestro Jetman a montar su cohete de nuevo, en una mecánica repetitiva hasta la extenuación. Pero aún con eso, es tremendamente entretenido. Me voy a tirar a la piscina, pero para mí es un excelente juego que podríamos calificar como el antepasado de los juegos casual tan populares hoy en día.
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  • Deus Ex Machina: un juego que incluía una narración aparte. Juegos como este demuestran que con pocos medios, lo que primaba era la imaginación, la originalidad y los nuevos conceptos. Mirad el vídeo. A mí me parece algo excepcional, me pone francamente los pelos de punta.
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Jugabilidad en el presente

Como otros sistemas 8-bit, la cantidad de cables y de montaje requerido para usarlo es elevada. En este caso, lo que hace falta es, además, añadir dispositivos externos como un reproductor de casette casero – algo que empieza a faltar en muchas casas – e incluso la interfaz para conectar el Joystick al Spectrum. Seguramente, para jugar a sus juegos, sea más práctico caer en los ejemplares lanzados más tarde por Amstrad, como el ZX Spectrum +2, que incorporan el casette en un todo en uno.

Sea como sea, creo que es un sistema con un encanto especial. Quizás me sienta más identificado con el Spectrum y su cultura eminentemente Europea que con el Commodore 64. También puede ser que mi aprecio por el humor británico y los movimientos de los 80 haga mella en mi juicio. Quizás sea la obra de ingeniería y el aprecio por Clive Sinclair. Pero sobretodo es un sistema que llevó al público el ordenador personal, que permitió un acceso universal a la publicación de programas y juegos, y que, otra vez, se contrapone a las consolas en su precio; los juegos se vendían habitualmente por menos de 750 pesetas desde su lanzamiento. Algo incomparable a las cerca de 10.000 pesetas que podía costar un cartucho para la NES, por ejemplo. Sin duda, ZX Spectrum es sinónimo de una filosofía única.

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