Historia
Aparecida en 1996, la consideraremos de cuarta generación al no representar una mejora generacional respecto a la Game Boy original. La Game Boy Pocket es una versión más pequeña (especialmente más delgada) y ligera de la propia Game Boy. Usa dos pilas AAA – en vez de las cuatro AA de la Game Boy – y permite unas 10 horas de juego. La pantalla es, ahora sí, en blanco y negro, en vez de ese amarillo y gris de la Game Boy.
Como su antecesora, la Game Boy Pocket no tiene la pantalla retroiluminada, con lo que no se puede jugar en entornos oscuros; no obstante, su pantalla es de mayor tamaño incluso que la Game Boy Color, que vendría después. Además, mejora enormemente su velocidad de respuesta; el típico efecto “fantasma” de la Game Boy prácticamente desapareció en esta iteración.
Como curiosidad, la primera versión no tenía led de encendido, algo que fue subsanado añadiéndola en las versiones posteriores por clamor popular. Siguiendo la tradición empezada con la Game Boy, las ediciones especiales de la Game Boy Pocket fueron más que numerosas, pero no supuso ninguna mejora adicional sobre los juegos de la Game Boy, al ser exactamente los mismos.