Los bits, en el mundo de los videojuegos y las consolas, están relacionados con los procesadores usados en la propia consola. El número (por ejemplo, 8-bit o 16-bit) se refiere al tamaño de la palabra que usa el procesador. Específicamente, se refiere al tamaño del registro acumulador. Esto es, dicho de otra manera, el número de bits de información con los que trabaja el procesador. Una NES, por ejemplo, trabaja con un procesador de 8-bits. Una SNES, en cambio, usa un procesador de 16-bits. Pero vamos a profundizar un poco más.
Cada bit es, como en toda aplicación informática, un 0 o un 1, con lo que 8-bits limitan el tamaño de las instrucciones a 28 = 256 combinaciones posibles. Así pues, un chip gráfico de 8-bits sólo admitiría, como máximo, 256 colores. Pero es más, tampoco admite una resolución de más de 256 en cada dirección (la NES tiene 256 x 224 píxeles). Y eso es sólo una cota superior; si necesitamos transmitir información adicional en un píxel, por ejemplo una transparencia, deberemos usar parte de los 8 bits para la transparencia; imaginemos que usamos 3, entonces sólo 5 quedarían disponibles para el color, dando lugar a tan sólo 25 = 32 colores posibles. Al pasar a los 16-bit, ya estamos hablando de 65536 colores, un cambio drástico.
Otra curiosidad es que 8 bits también limitan el número de estados de tu controlador o mando a 8 estados booleanos; de esta forma, un mando de una consola de 8 bits podrá tener, como mucho, 8 botones, incluyendo las direcciones.
Después de las consolas de 16-bits, aparecieron consolas que usaban procesadores de 32-bits (consolas de quinta generación). Los procesadores de 32-bits son los que han usado los ordenadores personales de consumo desde 1985 hasta, en gran medida, el día de hoy. Actualmente ya hay muchos procesadores de 64-bits y los sistemas operativos empiezan a aprovecharlos. Las consolas usan procesadores con 64-bits desde principios de los 90, con la Atari Jaguar y la Nintendo 64. Actualmente, la única diferencia es que usan procesadores con múltiples núcleos, aunque más de un aspecto lleva a confusión, como veremos a continuación.
Hay muchas ideas equivocadas sobre los bits. Vamos a ver unas cuantas:
- La generación de los 16-bits (la cuarta) fue definida por el uso de procesadores de 16-bits, pero no fueron las primeras consolas con 16-bits (la Intellivision, 10 años antes, ya usó chips de 16-bits).
- La generación anterior, la tercera, seguramente por inducción, fue llamada la generación de 8-bit. Esto no tenía sentido puesto que las anteriores consolas ya usaban chips de 8-bits.
- Pasar de 8-bits a 16-bits presenta una clara mejora, pero el caso de pasar de 32-bits a 64-bits ya no es tan claro. Los programas (o juegos) que se usen tienen que aprender a utilizarlos y aprovecharlos. El problema es que es mucho más complicado programar para sistemas de 64-bits, y todavía lo es más cuando se dispone de múltiples núcleos. Como decían en un anuncio, la potencia sin control no sirve de nada.
- Los procesadores de las consolas y de los ordenadores son, en realidad, poco comparables. El set de instrucciones de un procesador de consola suele estar especialmente diseñado para ejecutar sólo videojuegos, así que puede ser mucho más “eficiente”. El procesador de un PC es mucho más multifunción, así que podrá realizar muchas más tareas pero de forma menos óptima. Lo mismo pasa con los procesadores para gráficos.
- Otro tema de discusión es el de ¿qué define una consola como de X-bits? La Turbografx-16, por ejemplo, se considera la primera de 16-bits, pero en realidad lo único que tiene es un híbrido: un chip gráfico de 16-bits combinado con un procesador central de 8-bit. La mejora es notable, ¿pero es de 8 o 16 bits? Otro gran caso, el de la Atari Jaguar. Su agresiva campaña de marketing rezaba: Do the math! (haz las cuentas). Se promocionó como la primera consola de 64-bits, frente a las de 16-bit y las nuevas de 32-bit. Pero sólo el chip gráfico era de 64-bits.
Así pues, los bits pueden ser una referencia, pero que no nos engañen; ni la calidad se mide en bits, ni los bits definen un sistema. Los bits sólo transforman la información al idioma del procesador.