Hace unos días compré un C64 de los míticos que, por daños en el transporte, tenía la tecla 3 rota. Pero no tan sólo eso, sino que cuándo lo encendí me di cuenta de otra cosa: las teclas en posiciones impares no funcionaban (como la L de LOAD). Eso era un claro síntoma de problemas en los contactos: tal y como se organizan los teclados, funcionan en forma de matriz, así que si todas las teclas que comparten característica (por ejemplo, posición impar, misma fila, misma columna, etc.) dejan de funcionar, debe ser por problemas de limpieza.
La tapa frontal del Commodore 64, dónde va el teclado, se desmonta fácilmente. Son sólo 3 tornillos. Así queda:
Ahora tenemos dos opciones: o trabajamos encima de la parte frontal entera (no lo recomiendo) o destornillamos la parte que constituye el teclado – son 8 tornillos adicionales – que nos ayudará a trabajar mejor.
El paso que viene ahora es el más complicado. No sólo por los ¡23! tornillos que unen la placa (de color naranja) al teclado mecánico, sino porque la tecla shift tiene una peculiaridad; para poder mantenerla pulsada, está hecha de una forma distinta, con lo que por detrás va soldada de la siguiente forma:
Impidiendo sacar la placa si no lo desoldamos. Así que manos a la obra, esto es facilito: calentar y tirar con unos alicates para desenganchar los contactos. Con esto, ya tendremos la placa separada, que tiene esta pinta:
Y ahora lo más curioso: cogemos un lápiz de estos que llevan goma de borrar y, con cuidado, vamos literalmente borrando los contactos, limpiando toda la suciedad (fíjense en la diferencia).
Es en este punto también en el que podríamos comprobar si los contactos funcionan; basta con desmontar una tecla (recomiendo que la tecla sirva de poco, por si acaso) y pulsar los contactos de forma manual – con el ordenador encendido, claro está. En mi caso, lo que aproveché fue para pegar la tecla 3 con superglue. Cuidado con el pegamento, puede pegar dónde no queréis, pero siempre os quedará la acetona (que lo disuelve) para arreglar pequeños destrozos.
Una vez limpio, lo volvemos a montar, soldamos de nuevo la pieza del shift y voilà, de nuevo en pleno funcionamiento. Sólo recordad que estas máquinas, aunque muy fiables, tienen más de 30 años y necesitan un poco de cuidados de vez en cuando.